¿Sabías qué los humanos
no podemos caminar en línea recta?
No es raro ver en películas,
historias o relatos de personas que anduvieron perdidas y lo única que hacían
era dar vueltas todo el tiempo, de hecho el ser humano es incapaz de caminar en
línea recta sin un punto fijo o sin la guía de nada.
Esto es algo común. Cuando
estamos en algún lugar que no conocemos y nos perdemos sólo damos vuelta sea
que vayamos caminando o en coche. ¿Te ha pasado? Es de hecho algo que el ser
humano lleva, la incapacidad de guiarse así mismo, como dice un proverbio “no
es capaz de dirigir su propio paso”. La pregunta que seguramente te estás
haciendo y nos hacemos todos es ¿por qué?
Aunque es una pregunta que nos gustaría saber, tal parece que no se ha encontrado una respuesta convincente, lo único que hay son puras conjeturas, sí, simples teorías. Pero veamos algunas.
El instituto Max Planck de Cibernética Biológica, explica que diversos estudios confirman que si andamos, nadamos, conducimos o navegamos con los ojos vendados, sin visibilidad o ningún tipo de referencia, antes o después terminaremos haciendo círculos, pues parece imposible para el ser humano poder moverse en línea recta sin referencia. Algunos dicen que es por la mecánica, al ser siempre un brazo o pie, más largo o dominante que el otro, otros creen que se puede deber a que uno de los hemisferios del cerebro es más dominante que el otro en cada persona. Aún y con todas las teorías según los expertos en la materia ninguna de las razones de las mencionadas es la correcta pues ninguna de las teorías cumple con la tendencia al sentido de giro.
Así que al caminar en círculos terminamos siempre donde empezamos. Y el misterio seguirá… pues es difícil saber por qué lo hacemos. Lo más curioso es ¿cómo damos vuelta sin siquiera saberlo? Un gran misterio.
Aunque es una pregunta que nos gustaría saber, tal parece que no se ha encontrado una respuesta convincente, lo único que hay son puras conjeturas, sí, simples teorías. Pero veamos algunas.
El instituto Max Planck de Cibernética Biológica, explica que diversos estudios confirman que si andamos, nadamos, conducimos o navegamos con los ojos vendados, sin visibilidad o ningún tipo de referencia, antes o después terminaremos haciendo círculos, pues parece imposible para el ser humano poder moverse en línea recta sin referencia. Algunos dicen que es por la mecánica, al ser siempre un brazo o pie, más largo o dominante que el otro, otros creen que se puede deber a que uno de los hemisferios del cerebro es más dominante que el otro en cada persona. Aún y con todas las teorías según los expertos en la materia ninguna de las razones de las mencionadas es la correcta pues ninguna de las teorías cumple con la tendencia al sentido de giro.
Así que al caminar en círculos terminamos siempre donde empezamos. Y el misterio seguirá… pues es difícil saber por qué lo hacemos. Lo más curioso es ¿cómo damos vuelta sin siquiera saberlo? Un gran misterio.
¿Sabias que las
abejas tienen emociones?
Un estudio realizado por un
equipo internacional de investigadores menciona que el cerebro de las abejas,
se sienten atraídas por la novedad, y presentan distintos patrones de actividad
genética en las vías moleculares asociadas con la búsqueda de emociones, en los
seres humanos. Cada abeja tiene un papel específico (enfermera, o recolectora,
por ejemplo) para servir a su reina.
Para comprobar si los cambios de
señalización en el cerebro causan la búsqueda de novedad, los investigadores
sometieron a los grupos de abejas a tratamientos para aumentar o inhibir estas
sustancias químicas en el cerebro. Dos tratamientos (con glutamato y
octopamina), aumentaron el deseo de exploración en abejas que no habían
explorado antes.
Los resultados también sugieren que los insectos, los seres humanos, y otros animales, hacen uso del mismo sistema genético en la evolución del comportamiento -los genes que codifican ciertas vías moleculares, pueden desempeñar un papel en los mismos tipos de comportamientos, pero cada especie se adapta, posteriormente, de una manera distintiva.
Los resultados también sugieren que los insectos, los seres humanos, y otros animales, hacen uso del mismo sistema genético en la evolución del comportamiento -los genes que codifican ciertas vías moleculares, pueden desempeñar un papel en los mismos tipos de comportamientos, pero cada especie se adapta, posteriormente, de una manera distintiva.
¿Sabías qué es
positivo para el cerebro jugar al “Tetris”?
El “Tetris” es uno de los juegos
electrónicos más populares inventado por Alexey Pazhitnov en 1985, el cual
consiste en encajar piezas geométricas que caen inevitablemente en la pantalla,
esto ha demostrado que es positivo para el cerebro de los jugadores. ¿Por qué?
Según la revista BMC Research Notes, dedicar tiempo a este juego puede causar cambios favorables en las áreas del cerebro vinculadas con el pensamiento crítico, el procesamiento del lenguaje y la planificación de movimientos coordinados.
Según la revista BMC Research Notes, dedicar tiempo a este juego puede causar cambios favorables en las áreas del cerebro vinculadas con el pensamiento crítico, el procesamiento del lenguaje y la planificación de movimientos coordinados.
Unos investigadores encabezados
por el psicólogo Richard Haier de la escuela de medicina de la Universidad de
California, realizaron experimentos para determinar de qué forma el “Tetris”
afecta la eficiencia y el tamaño de la corteza.
Tomaron 26 niñas para que se dedicaran al Tetris por 3 meses, quienes al pasar el tiempo programado mostraron “mayor eficiencia cerebral y, comparadas con otras niñas en el grupo de control, también mostraron un engrosamiento de la corteza cerebral” es decir la materia gris.
En otras palabras, el juego ejercita el cerebro, pues se requiere de mucha atención, coordinar los ojos con las manos, ejercitar la memoria, a la misma vez que se resuelven problemas visuales en un juego muy rápido. Hacer tantas cosas a las vez, sí que ejercita al cerebro.
Tomaron 26 niñas para que se dedicaran al Tetris por 3 meses, quienes al pasar el tiempo programado mostraron “mayor eficiencia cerebral y, comparadas con otras niñas en el grupo de control, también mostraron un engrosamiento de la corteza cerebral” es decir la materia gris.
En otras palabras, el juego ejercita el cerebro, pues se requiere de mucha atención, coordinar los ojos con las manos, ejercitar la memoria, a la misma vez que se resuelven problemas visuales en un juego muy rápido. Hacer tantas cosas a las vez, sí que ejercita al cerebro.
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